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01 abril, 2007

Sentenzas, fías e ruadas na bisbarra de Castroverde

Corridas do galo e Tribunais da Pascua

-VIII-

Achegas de

Xosé María Gómez Vilabella

A Corrida da Meda (continuación)

Actuación dos Avogados:

Acusador
Aquí me tienen presente – en el medio de esta Sala;

Abogado soy y sostengo – la acusación de esta Causa.

Defensor
Para defender la Causa – del Travieso Cresta Roja,

y a las órdenes de Usía – está el Defensor ahora.

Acusador
En la granja donde nació – no quiso estar sumiso;

y un buen día se marchó – sin darle nadie permiso.

Isto ten connotacións daquel pasado recente: Ambiente de “Prietas las filas...”; desertores, fuxidos, salvoconduto para viaxar, etc.

Defensor

¿Por qué se marchó de la granja? – Fíjese en lo declarado
por el primer testigo, - que es bien decente y honrado.

Acusador
Bastante lejos de allí – acampó en un gallinero,

y sin contar para éso – con el permiso del dueño.

Defensor

Meterse en el gallinero – ésto lo hizo forzoso:
¡Para defender las gallinas – que las comía el raposo!

Auxilio á forza pública fronte a fuxidos, etc. O autor estaría recordando o caso de Cobuliña do Fato, que o matou a propia Garda Civil en San Cibrao cando corría na súa busca, de parte dos outros Gardas, levando a Castroverde unha nota para que lles mandasen reforzos de Lugo. Os “reforzos” xa estaban achegándose, e ao ver que Cobuliña saía do lugar do Fato, puxéronse nerviosos e disparáronlle, antes de darlle o “alto”. Era a consigna: ¡Primeiro disparar e despois preguntar!

Acusador

Y profanó su honor – a unas pollitas muy poca cosa,
que hasta, según los testigos, - se quedaron achacosas.

Defensor
Es una buena mentira, - fíjese en que yo se lo digo,

porque las cosas que se ven, - no se tienen en el bolsillo.

Acusador
El no galear las viejas, - cosa que bien clara ha sido,

ése es un desprecio grande; - grande merece el castigo.

Defensor

Yo creo hizo muy bien – al no quererlas galear;
éstas deben dar ejemplo – y nunca escandalizar.

Acusador
Se sabe que mató un gallo – y hasta sin ser en pelea;

esto hay que castigarlo, - resulte por donde quiera.

Defensor
Según el primer testigo – el gallo tenía anemia,

y un buen día se murió – con una gran borrachera.

Acusador
Se sabe que robó arroz – y que entró en una casa,

y este era precisamente – para celebrar la Pascua.

Defensor

Si lo hizo o no lo hizo – no lo puedo asegurar;
el primer testigo dice – que no tenía qué robar.

Acusador

A los vecinos del pueblo – hizo daño en sus sembrados,
delitos que por la ley – están hoy muy castigados.

Defensor

El primer testigo dice – que este no hizo ningún daño;
luego sólo son calumnias – porque tratan de espantarlo.

Acusador

Es un delicto muy grande – el allanar la morada;
y por esta mala acción – tiene que ser castigado.

Resulta evidente que o autor coñecía o artigo 545 e seguintes da Ley de Enjuiciamiento Criminal; e que sufrira o seu incumprimento, probablemente naqueles rexistros tan frecuentes, tanto durante a Guerra incivil como na posguerra. Xa estaba vixente o “Fuero de los Españoles”, que era do ano 1.945, pero ben sabía o autor que nacera coa letra morta, así que aproveitou para dar esta puntada.

Defensor

Que no allanó su morada – se sabe de antes de ahora;
por ahí está presente, - que lo diga esa señora...

Sinala coa man, vagamente, dun xeito impreciso, cara ao público. O significado era, máis ou menos, “Bobadas, que sempre teremos a alguén que axude a encubri-los abusos de autoridade”.

Acusador

Que le comió el arroz –no lo ha de desmentir,
porque hay muchos vecinos – que lo vieron salir.

Defensor

Si le comió el arroz – hizo muy bien, según creo;
primero lo robó ella – que andaba en el estraperlo.

O autor sigue obsesionado coa escaseza e cos prezos exorbitados que caracterizaron o “estraperlo” da posguerra. Só se lles rapou o pelo ás revendedoras que eran, ou se lles supoñía, desafectas ao Réxime.

Acusador

Por razones no lo haces, según dejas entrever;
y aunque sea a bofetadas – te tengo que convencer.

Defensor

A éso si que no te atreves, - ¡cara de sinvergüenza!,
que con una delas mías – te ha de bastar la muestra.

O método non era xurídico, pero cadraba co efecto que desexaba o público.

Alegato final do Avogado Acusador

A todos los de la Sala , - mis distinguidos señores,
presten todos atención, - y atiéndanme mis razones:

Todo pueblo que está ofendido – pide, y muy justamente,

que se les haga justicia – contra el reo delincuente.

Saben muy bien que estos vicios – nos han puesto en vilo,

y la Autoridad es aquí – la llamada a corregirlos.

El exceso de vicios, - tratados con imprudencia,

llevan a la Humanidad – a una gran decadencia.

Sentencien en consecuencia, - sin miramientos con nadie.
Es justo, señores míos, - que el que las hace las pague.

Yo cumplo con mi deber – haciendo esta advertencia;

¡ahora lo que se haga – nos lo dirá la Sentencia !

Conclusións do Avogado Defensor

Pido al señor Presidente, - y Magistrados leales,
que me presten atención – a cosas que haya normales.

La segunda declaración – pido que sea anulada,

por tratarse de un testigo – de parte interesada.

La del tercer testigo – cítese a revisión;

se le levantó el juicio, - que el mismo lo declaró.

Por ninguna de estas faltas – no creo que haya delito;

por éso pido que se absuelva – al gallo, mi defendido.

Si el gallo faltó en algo - hoy se viene arrepentir;

es un ser como nosotros - ¡y tiene derecho a vivir!

Aquí pode haber algo de panteísmo, ¡pre ecolóxico!, pero tamén un sedimento daquelas prédicas dos franciscanos nas Misións da posguerra, de amor aos animais e ás plantas. Tamén conservaría o Autor, no seu subconsciente, aqueles fantasmas da recente dicotomía de bos e malos, leais e roxos.

Fíjese, señor Juez, - que en los casos juzgados
suele haber errores. - ¡Debemos de ser humanos!

¡Adios, mi querido gallo, - si no te puedo salvar

todos sabeis que no fue- por falta de trabajar!

O Autor, se ben timidamente, apunta a erros xudiciais, procedementos sumarísimos, etc., tan frecuentes por aqueles tempos de pau e tente teso.

Intervén o Fiscal

Buenas tardes, auditorio. – Con permiso de la Sala ,
quiero hacer mi intervención – en la vista de esta Causa.

Resumí despacio el expediente – y en su totalidad

encuentro varios delitos – de gran responsabilidad.

Yo soy el Fiscal que actúa – al amparo de la Ley ;

y a consecuencia de esto – la pena quiero imponer.

Por profanar las pollitas, - una falta moral,

sólo por este delito – se le debe castigar.

Por despreciar a las viejas – merece su buen castigo;
y este es un hecho real – que los testigos lo han visto.

Por maltratar otro gallo, - según está demostrado,

ése es un delito grande, - ¡y tiene que ser castigado!

Por allanar la morada – de una señora del pueblo,

otro delito grande. - ¡Sólo de pensarlo, tiemblo!

También hizo varios daños – a alguno de sus vecinos;

éso está bien comprobado, - que lo han visto los testigos.

¡Por todos estos delitos, - y más que no se enumeran,

pido que a Cresta Roja – se le dé la última pena!

Pido que se aplique la pena – por el delito fraguado;

y para que escarmiente el mundo – que corre desenfrenado.

Yo cumplo con mi deber – haciendo esta petición:

¡No quiero privar derechos – al Juez y al Defensor!

Ademais de esixilo o “guión”, o programa da festa, iso de pedi-la última pena era o natural nun Fiscal daquela época, que se supoñía proclive, mentalizado naquelas ¿depuracións? observadas nos seus anos de estudante.

.../...

(No Capítulo IX a Sentenza do Xuíz e mailo Testamento do Galo)

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