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02 mayo, 2007

Sentenzas, fías e ruadas na bisbarra de Castroverde

Corridas do galo e Tribunais da Pascua

-XIV-

Achegas de

Xosé María Gómez Vilabella

Tribunais da Pascua. (Continuación)

Avogados (A. = Acusador; D. = Defensor) que actúan desde os seus cabalos, sen tarima de “Tribunal”.

.../...


A. Con el permiso de todos, - aquí en medio de la Sala ,

sepan que soy el Abogado - de la Acusación privada.

Hola, mi amigo Jacinto, - ¡con que tú el Defensor...!

¿Y no se te arruga la barba - delante del Acusador?

D. A las órdenes de ustedes. - está Jacinto Igualador;
saben que soy el Abogado - que defiende a Blanca Flor.

Me gustaría saber, - mi respetable señor Pajerto,

¿a cuántos se ha comido Vd., - que viene tan flamenco?

A. Te has metido en una Causa - que no saldrás con ella,
pues los delitos exigen - que se queme esta Doncella.

¿Estaría evocando á “doncella” Juana de Arco?

D. Por tus malas intenciones - de quemar un ser hermano,
a la cola de un pollino - tu debías de estar atado.

A. Por marcharse de sus padres - y meterse a maleante,
se tiene que hacer justicia - castigando al delincuente.

D. Se marchó de donde sus padres, - porque ellos la abandonaban,
que éstos se iban de juerga - y la niña en casa encerraban.

A. En la casa donde sirvió, - ¡no lo heches en olvido!,
ha desecho un matrimonio - traginándose al marido.

D. Por gustarlle ella al hombre - se sabe la perseguía;
pero Blanca Flor no tiene culpa - de haber nacido bonita.

A. Después de engañar a este hombre - se fué por aquellos barrios,
conviviendo muy divertida, - ¡con solteros y con casados!

Diante dos rapaces, os mozos usaban estes eufemismos, tales que “As divertidas”, “A María dos Quintos”, etc.

D. No sea tan mal hablado, - y deje en paz su vida privada,
que lo que haga cada cual - a Vd. no le importa nada.

A. Veo que te gustan las mujeres, - y por éso las quieres defender,
pero en esta ocasión - te prometo que llevas las de perder.

D. De sacarla en libertad - le he dado yo mi palabra,
y lo he de conseguir - o te rompo a ti la cara.

A. Con tus tontas apariencias - he quedado convencido
que en algún manicomio - debías de estar metido.

D. Si la justicia fuese severa - no debiera consentir
que un hombre de tu mala fe - tuviera derecho a vivir.

A. Con esas tontas defensas – he quedado convencido
de que en algún manicomio –debieras estar recluído.

D. De sacarla en libertad – le he dado yo mi palabra;
y lo he de conseguir, - ¡o te rompo a ti la cara!

A. Porque esta se ha de quemar – como manda la justicia;
por perversa y por malvada, - por indecente Straperlista.

D. Como el Straperlo es moda, - no puede ser delito;
y que Blanca Flor no se quema - muy en serio te lo digo.

A. No te pongas tan flamenco, - y habla mucho más bajo.
¡Exijo yo que se queme - y a ti te mando al carajo!

D. Si tienes lo que los hombres, - bájate de ese caballo,
y aquí en medio del campo - nos veremos mano a mano!

Aquí báixanse dos cabalos e simulan unha loita corpo a corpo. Sepáranos os fareleiros.

A. De que es justa mi petición, - entérese usted, don Jacinto;
¡vea lo que dice el Código, - en el artículo ciento cinco!

É unha mera concordancia rítmica. O Defensor acepta o Código, fai que o lee e recolle do seu interior un billete, que garda no peto, disimuladamente. Todo serio, diríxese á moneca:

D. Después de bien enterado, - me ha causado gran dolor
ver que es imposible salvarte, - mi preciosa Blanca Flor.

D. No se puede hacer nada, señorita; - tenga usted resignación
porque la Ley puede más - que toda mi buena intención.

Seguidamente diríxese ó público, precisamente ós que o viron aceptar e garda-lo suborno:

De esto tomemos ejemplo, - que más tarde o más temprano

al que obra mal y sin conciencia - le suele venir el pago.

Nada más me queda, señores, - que alegar en mi defensa;

¡sólo a las chicas solteras - hacerles una advertencia!

Con hombres de otras mujeres - procureis ser formales;

¡más vale quedar solteras - que pasar por estos trances!

Me retiro a descansar - terminada esta defensa;

¡ahora que el señor Juez, - obre según su conciencia!


Redobres do tamborileiro para tensa-la atención. O Xuíz, que estivera un tanto distraído, érguese firme e solemne nos estrobos do seu cabalo, recolle a queixada, e, con voz solemne, pronuncia a

SENTENZA

Xuíz

Es un caso tan horrible - que tiemblo al hablar;
pero la Ley es severa - y no se puede vacilar.

Revisado el Atestado - y comprobados los delitos,

¡mando que sea quemada - en este cruce de caminos!

Es dura, señores míos, - esta pena consabida,

pero es la Ley , - ¡ y asi tiene que ser cumplida!

Se debe emplear la Ley - para corregir la Humanidad ;

para que con estos ejemplos - escamienten los demás.

¡En este mismo momento - mando que le planten fuego;

y le doy el tiempo necesario - para que haga testamento!

Adiántase o Escribán, co seu recado de escribir:

En nombre de buen cristiano - y de la buena ventura,
aquí estoy para redactar- el Testamento de la criatura.

Me han nombrado Notario, - ¡San Patricio me dé acierto,

que no me salga una copla - en lugar de un testamento!

Según manifiesta, Blanca Flor - no tiene ningún pariente,

Así que reparte su fortuna - de la manera siguiente:

A las niñas de quince a veinte - que sean gapas y buenas,

a esas no les deja nada - que bien se gobiernan ellas.

A las de veinte a veinticinco - les deja un capital,

a ver si así puede ser - que se lleguen a casar.

A las de veinticinco arriba - deja en Sevilla un convento

para que se metan monjas..., - si no logran casamiento.

Parece unha referencia á dona Inés do Tenorio.

Deja una pieza de estopa - para que se hagan camisas,
fajas y pantalones - las chicas más presumidas.

Bienes no le quedan más, - pero os dá buenos consejos,

que aunque no alimenten - a más de una le harán provecho:

No seais mozas presumidas - y os casareis primero;

los hombres las quieren monas - nada más que para el juego.

Digo también que por morir pronto- no tengais ningún pesar,

que en este pícaro mundo - poco bueno hay que esperar.

Nunca sigais mis costumbres- pues ya veis el resultado;

por ser una lujuriosa – bien caro lo estoy pagando.

Si después de que me quemen - quedase algo sobrante,

se lo dais a este Juez, - ¡y que le sirva de purgante!

A mi Defensor le dejo - todo el camino para correr,

se llevó mi dinero - ¡sólo por dejarse convencer.

Terminado mi testamento - pagareis a este Escribano

y los derechos a la Hacienda - antes de cumplirse el año.

O Autor, ademais de busca-lo asonante, dá unha alerta ós seus veciños para recordarlles a perentoriedade no pago dos Dereitos Sucesorios.

Despois da queima e dos foguetes, baile,
PERO,

con día para chegar a casa,

¡de escarmentadas!

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